11.19.2011

La chica de la ventana

Muchacha esperanzada y optimista observa a través de su ventana más allá de pisos y barrios, en vez de estar pensando en las características del Renacimiento. Observa el asfalto, observa el caminar de millares de personas al azar, pero hoy él no ha pasado por allí. Ese chico medianamente alto de ojos color como la miel y con una sonrisa que podría iluminar toda la ciudad. El mismo ángel que pasa a las seis de la tarde con su vieja bicicleta roja. Siempre pasa por allí con su maleta a cuestas y ella lo espera arrodillada en su cama y apoyada en su ventana, observando su lento caminar, su rostro sereno y la esencia que a ella le desprende. El mismo que se sienta a su izquierda en clase, pero la muchacha no logra articular palabras ni dirigirse a él, gracias a su gran timidez. 

Las ilusiones y esperanzas de la chica se desvanecen como la caída de un frágil pétalo de rosa, al mirar que ya son las siete de la tarde y su ángel no ha pasado aún por allí. 

La débil muchacha seguirá observando a través de su ventana, mirando como se encienden las farolas cada nueve de la noche, como pasan fugazmente los coches, oyendo a varias personas hablar, el llanto de un bebé, la escandalosa risa de un par de adolescentes... Esperando a que él pase para poder complacer una vez más a su corazón.

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