12.13.2011
Algún día abriré los ojos y tendré tu rostro dormido frente al mío. Con tus ojos cerrados, la respiración acompasada y tranquila, soñando con a saber qué; entonces yo te podré acariciar. Acariciar dulcemente tus mejillas con la certeza de que aquella situación se repita cada mañana todos los días de nuestra vida.
12.11.2011
¿Qué tal si zarpamos juntos a algún lugar irreal?
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